¿Cuál es la causa de la crisis mundial de la dextrosa?
Los precios de la dextrosa se dispararon en octubre, provocando una conmoción en la industria química mundial. A la subida de precios contribuyó el cierre de dos importantes instalaciones de producción situadas en Asia, que ahora funcionan con una capacidad significativamente reducida debido a los cambios que se están realizando para modernizar las infraestructuras y adecuar los procedimientos a la normativa vigente.
La crisis de la dextrosa también se ha visto influida por el histórico conflicto laboral en los principales puertos estadounidenses, que ha interrumpido los envíos de diversos productos. Además, la demanda de dextrosa aumenta tradicionalmente en el cuarto trimestre del año, impulsada por el incremento de la producción de productos de limpieza de invierno y artículos de cuidado personal que contienen dextrosa. El aumento de los costes energéticos y las estrictas normas medioambientales que afectan a la capacidad de producción local han reducido aún más la disponibilidad de dextrosa en Europa.
¿Cuáles son las consecuencias del aumento del precio de la dextrosa?
La dextrosa es un azúcar simple derivado principalmente del almidón de maíz, también conocido como glucosa. Se utiliza como edulcorante y estabilizante. No sólo es un ingrediente de productos de confitería, bebidas isotónicas y fórmulas deportivas, sino también de medicamentos y soluciones intravenosas utilizadas en medicina. El elevado coste de la dextrosa ha obligado a los fabricantes de estos sectores a luchar para asegurarse el suministro y mantener los plazos de producción.
Los mercados europeos son especialmente vulnerables a la escasez de dextrosa. Se prevé una interrupción del 60% de las importaciones de dextrosa. Los efectos indirectos de una interrupción de la cadena de suministro de dextrosa serán especialmente graves a medida que los productores se acerquen a los periodos de máxima producción estacional y los precios de la dextrosa se mantengan altos hasta el final del trimestre. A principios del próximo año, a medida que se establezcan cadenas de suministro alternativas y las instalaciones de producción vuelvan a funcionar a plena capacidad, los precios podrían estabilizarse.