Lea las 5 noticias más destacadas del mercado alimentario para estar al día. Analizamos el aumento de las importaciones de alimentos a África y cómo la creciente demanda se traduce en pedidos por valor de 80 millones de dólares. En otras noticias, el consumo de carne en Australia disminuye desde hace 25 años e impulsa los precios de los cereales. Más tarde, echamos un vistazo a cómo la tecnología moderna redefine la idea de alimento.
Aumentan las importaciones de alimentos a África
En 2019, las importaciones totales de productos lácteos a África ascendieron a 2,1 millones de toneladas por valor de 4,8 millones de euros. En el transcurso de 10 años, el continente aumentó sus compras de productos lácteos en 640.000 toneladas. Entre 2010 y 2020, el consumo interno de lácteos líquidos pasó de 15.000 millones de litros a casi 25.000 millones, lo que sigue situando el consumo per cápita africano 67 litros por debajo de la media mundial. Con el aumento de la población y las limitadas posibilidades de la agricultura, los africanos están impulsando la demanda de importaciones de productos lácteos, así como de otros alimentos. En 2020, África importó alimentos por valor de 80.000 millones de dólares -sobre todo cereales y productos procesados- y esa cifra crece un 6% cada año. Durante la pandemia, la inseguridad alimentaria no hizo más que empeorar cuando el continente experimentó subidas extremas de los precios de los productos de nutrición de entre el 40% y el 200% sobre la media de cinco años.
La inseguridad alimentaria se agravó durante la pandemia.
Los australianos son los que menos carne comen desde 1996
El consumo doméstico de productos cárnicos en Australia alcanzó el nivel más bajo en 25 años y se prevé que la industria de procesamiento de carne disminuya un 10% en 2021. Los consumidores, que no se limitan a vegetarianos y veganos, se están decantando por alternativas de origen vegetal. Una de las razones es el creciente precio de la carne nacional, que ha aumentado un 3,1% anual desde 2016. En la próxima temporada, se espera que los precios del ganado vacuno y ovino aumenten significativamente, mientras que se prevé que el valor global de la producción ganadera experimente un descenso del 8%. Al mismo tiempo, se espera que el valor bruto de los cereales, las legumbres y las semillas oleaginosas crezca un 59%. Además, los australianos están cada vez más preocupados por el impacto medioambiental de la industria cárnica y por los cambios climáticos que provocaron el incendio forestal que asoló todo el país el año pasado.
Los precios de la carne de vacuno están aumentando considerablemente.
Aumento de la demanda de productos no modificados genéticamente
En los últimos años, los consumidores se interesaron cada vez más por los alimentos producidos sin materiales modificados genéticamente. Los usuarios finales asocian el consumo de productos OGM con un impacto negativo en la salud, incluido el desarrollo de nuevos alérgenos y el aumento de las alergias alimentarias. Dado que los productos modificados genéticamente son relativamente nuevos en el sector agrícola, el estudio sobre su impacto a largo plazo aún no es concluyente. Mientras que los productos vegetales con más de un 0,9% de OMG tienen una etiqueta obligatoria, no es obligatorio marcar los alimentos producidos a partir de leche procedente de animales alimentados con forrajes modificados genéticamente.
Los piensos modificados genéticamente no son un alimento de consumo humano.
Redefinir la alimentación a escala mundial
Los insectos comestibles, la sangre de pescado y la carne producida en laboratorio ya no son el sueño loco de un hombre: todo tipo de ingredientes inesperados son cada vez más populares en el sector gastronómico de todo el mundo. The Inspect Experience, un restaurante pop-up de Ciudad del Cabo, ofrece helados a base de «lácteos» derivados de insectos, producidos a partir de la mosca soldado negra. Las ventajas son muchas: los insectos se cultivan de forma sostenible con cero emisiones de gases, su explotación es eficiente en agua y energía, y contienen altos niveles de grasas buenas y proteínas. En Australia, el chef Josh Niland fomenta la cocina sin residuos utilizando la totalidad del pescado y creando platos con ojos, sangre y espinas de pescado. Con el fin de promover una gastronomía respetuosa con el medio ambiente, un emprendedor chileno se dedica a crear alternativas a base de plantas replicando la estructura molecular de las de carne para recrear su sabor, textura y olor.
La gastronomía chilena se ha convertido en una de las principales fuentes de alimentos de origen vegetal.
Grande dinero en el juego de la carne de laboratorio
Lo que antes era un imposible en el sector agrícola se está convirtiendo en una realidad. Los productos de origen animal encuentran cada vez más alternativas producidas en un entorno de laboratorio con el uso de los más novedosos desarrollos tecnológicos e impresionantes inversiones. En 2020 las empresas que fabrican carne a base de células recibieron más de 360 millones de dólares en financiación. En diciembre del año pasado Good Meat, una división de Eat Just, presentó al mundo la primera carne de origen celular en Singapur. Ahora, la empresa ha recibido 170 millones de dólares de financiación para aumentar su capacidad e impulsar aún más su empresa de carne cultivada. Eat Just, entre otros grandes actores del mercado, espera entrar en el mercado estadounidense en 2021.