Panorama del mercado de la leche en 2026 [Informe Global]

Autor
Foodcom Experts
30.10.2025
4 min de lectura
Panorama del mercado de la leche en 2026 [Informe Global]
Resumen
Índice
  • El mercado mundial de la leche termina el año 2025 con un exceso de oferta, lo que provoca una caída de los precios y ejerce presión sobre la rentabilidad de los productores.
  • El año 2026 será un periodo de estabilización y reestructuración: el sector acelera la consolidación y busca nuevos mercados.
  • Las regulaciones medioambientales (CSRD, PPWR) y los requisitos de reducción de emisiones cambiarán la estructura de costes y los modelos de producción en la UE y Oceanía.
  • Los consumidores eligen cada vez más productos con una buena relación calidad-precio, así como productos lácteos locales y funcionales.

El mercado mundial de la leche llega a finales de 2025 en un estado de pronunciado exceso de oferta, que ha anulado las anteriores subidas de precios y empeorado la confianza en toda la cadena de suministro. La producción en regiones clave -Estados Unidos, la UE y Oceanía- ha alcanzado su nivel más alto en una década, mientras que la demanda, especialmente en Asia, se ha ralentizado. Como consecuencia, los precios en origen caen más deprisa que los costes de producción, socavando la rentabilidad de granjas y procesadores. La situación se complica aún más por las tensiones comerciales entre la UE y China y EE.UU. y las presiones normativas en Europa. Ante estos retos, el sector lácteo acelera su reestructuración y busca nuevos mercados mientras se prepara para el difícil año de transición 2026.

Análisis del mercado mundial de la leche

El año 2025 se cierra con el mayor aumento de la producción mundial de leche en cinco años. Según datos de Rabobank, la producción en las siete principales regiones exportadoras («Big-7») aumentó un 1,6% interanual, y para 2026 se prevé un nuevo aumento, aunque más lento, del 0,6%. Con China reduciendo las importaciones e India y el Sudeste Asiático cada vez más autosuficientes, se ha producido un excedente en el mercado que ni el comercio ni el consumo interno pueden absorber.

Los precios de las materias primas están bajando en todos los continentes. En EE.UU., el precio de «toda la leche» cayó en el tercer trimestre a unos 21 USD/100 lb, y la previsión del USDA para 2026 es que siga bajando hasta los 20,4 USD. En la UE, el precio medio en granja ronda ahora los 52-53 euros/100 kg, frente a los 56-58 euros de la primavera, y las centrales lecheras polacas informan de reducciones de unos 2-3 céntimos de euro al mes. En el mercado mundial, las cotizaciones de los productos transformados (leche desnatada en polvo, leche desnatada en polvo, mantequilla) siguen bajo presión: el índice lácteo de la FAO bajó en septiembre por tercer mes consecutivo y las subastas de la GDT se mantienen en sus niveles más bajos de los últimos dos años.

La presión de los costes sigue siendo elevada. Aunque los precios de la energía y la logística se han estabilizado un poco, las explotaciones siguen luchando con los costes de los piensos, los fertilizantes y los créditos. Como consecuencia, los márgenes de producción están en su nivel más bajo desde 2020. En muchos países, sobre todo de Europa Central y Occidental, se están tomando las primeras decisiones para reducir los rebaños y fusionar las explotaciones más pequeñas en unidades cooperativas más grandes. Los analistas del sector hablan claramente del comienzo de una nueva oleada de consolidación del sector lácteo.

Por el momento, la demanda no muestra signos de mejora. Los consumidores del mundo desarrollado – agobiados por la inflación y el alto coste de la vida – están reduciendo sus compras de productos de primera calidad, optando por leche más barata y quesos a granel. En Asia, en cambio, tras varios años de rápido crecimiento del consumo, la demanda se ha estabilizado en un nivel inferior debido a la ralentización económica y a las elevadas existencias nacionales en China.

El mercado mundial se está volviendo competitivo hasta el límite. Estados Unidos y Nueva Zelanda, que luchan con sus propios excedentes, están aumentando su actividad exportadora, lo que está ejerciendo presión sobre los precios en Europa. El próximo año 2026 traerá, por tanto, no tanto un repunte como un periodo de lucha por mantener la liquidez y los mercados.

Análisis regional del mercado lácteo

El mercado siguió experimentando una débil demanda de productos lácteos en todo el mundo, agravada por las presiones económicas y la elevada inflación que afectan al poder adquisitivo de los consumidores. La situación fue especialmente evidente en los mercados desarrollados y en algunos mercados emergentes clave.

El crecimiento de la producción lechera fue lento, agravado por los problemas logísticos y las perturbaciones meteorológicas en algunas regiones. Ni la producción ni la demanda se recuperaron significativamente durante el periodo.

Europa

El sector lácteo europeo sufre de lleno el exceso de oferta. La elevada producción de Francia, Alemania y Polonia se enfrenta a unas exportaciones limitadas a Asia debido a la investigación antisubvenciones en curso de China sobre los productos lácteos de la UE (prorrogada hasta febrero de 2026). Los productos excedentarios, especialmente los lácteos en polvo, permanecen en el mercado interior, lo que se traduce en nuevas caídas de precios y estrechamiento de márgenes. En Polonia y los países bálticos se advierte del riesgo de que las explotaciones más pequeñas quiebren incluso antes de mediados de 2026.

Norteamérica

El trimestre se caracterizó por un prudente optimismo en el mercado lácteo, que entra en la siguiente fase del ciclo. Los precios mostraron los primeros signos de un ligero repunte desde mínimos, aunque el sentimiento general del mercado siguió siendo cauteloso debido a las actuales tensiones geopolíticas, la volatilidad del mercado energético y la debilidad de las condiciones macroeconómicas.

El crecimiento de la oferta fue limitado y reflejó la debilidad estructural de la producción en las principales regiones exportadoras. A ello se unió una demanda ligeramente mejor, pero aún débil.

Asia-Pacífico

China, que ha impulsado la demanda mundial durante años, mantiene ahora un excedente de producción interna y reduce las importaciones. Los programas de autoabastecimiento han reducido eficazmente la dependencia de los suministros de la UE y Oceanía. En India, la producción sigue creciendo rápidamente: el país se ha convertido en el mayor productor de leche del mundo. En Nueva Zelanda y Australia, la elevada producción va unida a la presión sobre los precios de exportación; Fonterra prevé un precio medio de la leche para la temporada 2025/26 del orden de 9-11 NZD/kgMS, con una considerable incertidumbre sobre la demanda en Asia.

América Latina

Argentina y Uruguay mantienen una producción elevada, pero el debilitamiento de las divisas y el aumento de los costes logísticos están reduciendo la rentabilidad de las exportaciones. Los grandes exportadores dominan la región, pero los precios ofrecidos en las licitaciones de África y Oriente Medio están bajando, lo que obliga a renegociar los contratos.

Tendencias y previsiones para 2026

El año 2026 será un reto global en el que la flexibilidad y la rapidez de adaptación a las nuevas realidades y cambios serán cruciales. Los excedentes de leche de finales de 2025 seguirán pesando sobre el mercado, manteniendo los precios bajos y limitando los beneficios de los productores al menos hasta mediados de año. Sólo en la última parte del año cabe esperar una estabilización gradual a medida que las exportaciones absorban parte de las existencias y la producción en Europa y Oceanía comience a ajustarse bajo el impacto de los costes y la normativa medioambiental. Incluso en EE.UU., a pesar de una fuerte posición exportadora, el mercado seguirá bajo la presión de unas existencias elevadas y una demanda interna más débil»

Tomasz Kosinski

Socio de Foodcom S.A.

La tendencia a la consolidación y la reestructuración se está acentuando en la estructura del sector. Las explotaciones más pequeñas, sobre todo en Europa central y occidental, tienen cada vez más dificultades para seguir siendo rentables, lo que las lleva gradualmente a fusionarse o a abandonar la producción. Las grandes explotaciones automatizadas, capaces de reaccionar más rápidamente a los cambios de costes gracias a su escala y a la inversión en tecnologías de alimentación de precisión, están ganando importancia. Este proceso forma parte de una transformación estructural más amplia: de explotaciones familiares a productores altamente especializados capaces de cumplir requisitos medioambientales y de calidad.

Al mismo tiempo, 2026 será una época de pruebas normativas para el sector lácteo. En la Unión Europea, entrarán en vigor elementos clave de las Directivas medioambientales y de información (CSRD, PPWR), que exigen a los productores demostrar su huella de carbono, la eficiencia energética y la reciclabilidad de los envases. Aunque estas normativas aumentarán los costes de explotación, también se convertirán en un billete de entrada a los segmentos premium y a los contratos a largo plazo con las cadenas minoristas. También aumenta la presión en los mercados internacionales para reducir las emisiones de metano en la producción de leche -sobre todo en Nueva Zelanda y Europa-, lo que puede afectar a la política de rebaños y a la inversión en tecnología de cría.

En el contexto del comercio mundial, 2026 traerá consigo un rediseño de los destinos de las exportaciones. La investigación antisubvenciones en curso en China contra los productos lácteos de la UE y la creciente autosuficiencia del Reino Medio obligarán a los exportadores a buscar nuevos clientes. La mayoría de los esfuerzos se dirigen hoy a los mercados del Norte de África, Oriente Medio y el Sudeste Asiático. Estas regiones, aunque prometedoras, son al mismo tiempo muy sensibles a los precios, lo que provocará una competencia más feroz entre los exportadores de la UE, Estados Unidos y Oceanía. Esto hará de 2026 un año de competencia por los mercados, donde contarán la rapidez de entrega, la flexibilidad contractual y la capacidad de adaptación a las exigencias sanitarias y medioambientales locales.

Por el lado del consumidor, asistiremos a un mayor desarrollo del segmento «value for money», es decir, productos de buena calidad a un precio moderado. La leche fresca y los productos lácteos básicos – quesos, yogures, mantequilla – seguirán siendo la base del consumo, pero el aumento del valor de las ventas lo generarán sobre todo los productos locales y funcionales que se adapten a un estilo de vida sano. También sigue creciendo el mercado de fuentes alternativas de proteínas: bebidas vegetales y productos fermentados de precisión. Aunque los bajos precios de la leche convencional frenan temporalmente la expansión de estas alternativas, la tendencia a largo plazo hacia dietas flexibles y sostenibles se mantiene inalterada.

Estratégicamente, 2026 será, por tanto, un momento de revisión de los modelos de negocio lácteo. La persistencia de los precios bajos, el aumento de los requisitos normativos y la evolución de las preferencias de los consumidores obligarán a las empresas a ser más flexibles desde el punto de vista operativo, invertir en innovación y crear valor añadido en torno a la procedencia, la huella medioambiental y la transparencia. Quienes no consideren este año como una crisis, sino como un periodo de transformación, obtendrán una ventaja en la nueva fase, más difícil, del mercado lácteo mundial.

Informes globales de Foodcom S.A.

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