¿Qué es el lactato de hierro(II) (E585)?

El lactato de hierro (II) (E585) es un compuesto químico orgánico que es una sal de hierro y ácido láctico. Se presenta en forma de cristales o polvo verdosos o amarillentos, caracterizados por una buena solubilidad en agua. Su estructura química única permite un aporte eficaz de iones de hierro al organismo, lo que resulta crucial en la prevención y el tratamiento de la anemia.

Este aditivo es especialmente apreciado en las industrias alimentaria y farmacéutica por sus propiedades fortificantes y su capacidad para mejorar el valor nutritivo de los productos sin afectar a su sabor, olor o color.

Propiedades del lactato de hierro(II)

El lactato de hierro (II) se distingue por su elevada biodisponibilidad de hierro, lo que significa que el organismo lo absorbe eficazmente, favoreciendo la producción de hemoglobina y el buen funcionamiento del sistema circulatorio. Además, la estabilidad de este compuesto en diversas condiciones de almacenamiento y procesado de alimentos lo convierte en una opción ideal para el enriquecimiento de productos alimenticios.

Aplicaciones del lactato de hierro(II)

El E585 se utiliza como aditivo fortificante en una amplia gama de alimentos, como panes, cereales de desayuno, productos lácteos, bebidas y fórmulas infantiles. También se utiliza en la fabricación de suplementos de hierro, donde contribuye a la prevención y el tratamiento de la anemia ferropénica.

¿Dónde comprar lactato de hierro(II)?

El lactato de hierro (II) está disponible en farmacias, tiendas de dietética y también en tiendas en línea especializadas en complementos alimenticios y suplementos dietéticos. Puede adquirirse tanto como ingrediente independiente para sus propios preparados como en forma de productos ya preparados y enriquecidos con hierro.

El lactato de hierro(II) y sus funciones en los alimentos

Como aditivo alimentario, el lactato de hierro(II) desempeña un papel clave en la prevención de la anemia al enriquecer los productos alimenticios con hierro fácilmente disponible. Sin afectar negativamente a las propiedades organolépticas de los alimentos, permite a los fabricantes ofrecer productos de alto valor nutritivo que satisfacen las necesidades dietéticas de los consumidores, especialmente de los que corren el riesgo de padecer carencia de hierro.