- La lectura consciente de las etiquetas es una habilidad clave para cuidar su salud, especialmente en el caso de las alergias y las enfermedades relacionadas con la dieta.
- Los fabricantes suelen utilizar trucos de marketing e ingredientes ocultos, que pueden inducir a error a los consumidores.
- Comprender los valores nutricionales y las etiquetas (como RWS o Nutri-Score) ayuda a tomar mejores decisiones nutricionales.
- Las nuevas tecnologías y normativas avanzan hacia una mayor transparencia y apoyan a los consumidores en sus elecciones diarias.
En el mundo moderno, la capacidad de leer las etiquetas se ha convertido en una competencia clave para la salud. Según una investigación realizada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), más del 60% de los consumidores afirma leer las etiquetas de los alimentos. Sin embargo, sólo el 30% las entiende completamente. Esta laguna de conocimientos puede tener graves consecuencias para nuestra salud. Especialmente en el contexto de las alergias alimentarias y las enfermedades relacionadas con la dieta.
La legislación alimentaria de la Unión Europea ofrece cierta protección a los consumidores. Los fabricantes aprovechan a menudo las lagunas jurídicas y los trucos de marketing. Por ejemplo, el uso de diferentes nombres para un mismo ingrediente (el azúcar puede aparecer con 56 nombres diferentes) dificulta la elección informada. Es importante que el consumidor tenga conocimientos básicos sobre cómo interpretar la información nutricional.
Profundizar en la composición de los productos
Al analizar la lista de ingredientes, merece la pena prestar atención al orden de los mismos, pero también a la calidad de los componentes utilizados. Los productos que contienen ingredientes con nombres que no podemos descifrar deben despertar nuestra vigilancia. Por ejemplo, «proteína vegetal hidrolizada» puede significar proteína de soja. Se trata de un alérgeno frecuente. Los aromas naturales pueden contener fuentes ocultas de gluten.
Los fabricantes colocan en el envase eslóganes como «contiene vitaminas» o «rico en fibra», mientras que el producto está simultáneamente lleno de azúcar y grasas saturadas. Los estudios de consumo demuestran que hasta el 70% de los compradores se dejan engañar por estas afirmaciones.
Valor nutricional: ¿cómo interpretar los datos?
Merece la pena aprender a leer los valores nutricionales en el contexto de las necesidades diarias. Los porcentajes de los RWS (Valores de Ingesta de Referencia) ayudan a evaluar cómo encaja un producto en nuestra dieta diaria. Por ejemplo, si un producto contiene el 30% de las necesidades diarias de sal, debe considerarse rico en sodio y consumirse con moderación.
Curiosamente, a partir de 2022, la Comisión Europea está estudiando la introducción de un sistema adicional de etiquetado nutricional en la parte frontal del envase (FOPNL), similar al sistema francés Nutri-Score. Dicho sistema tendría como objetivo simplificar aún más la información nutricional para el consumidor medio.
Alérgenos: no sólo una lista de 14 ingredientes
La ley enumera 14 alérgenos principales. Conviene recordar que la lista de posibles alérgenos alimentarios es mucho más larga. Las alergias a ingredientes menos comunes, como el maíz, la carne o determinadas frutas, son cada vez más frecuentes. Los fabricantes utilizan a veces frases como «puede contener trazas de…». Esto indica la posibilidad de contaminación cruzada durante el proceso de producción. Para las personas con alergias graves, incluso esas trazas pueden ser peligrosas.
Una nueva tendencia es etiquetar los productos como «libres de». Esto es especialmente importante para las personas celíacas o con alergias graves. Sin embargo, incluso estas etiquetas requieren vigilancia. Los estudios demuestran que alrededor del 5% de los productos etiquetados como «sin gluten» pueden contener trazas de gluten.
Aditivos alimentarios: entre la necesidad y la polémica
El tema de los aditivos alimentarios suscita muchas emociones. Cabe señalar que todos los aditivos autorizados han sido sometidos a rigurosas pruebas de seguridad. El problema es que cuando consumimos muchos aditivos diferentes a lo largo del día, su efecto combinado puede ser difícil de predecir.
Algunos países imponen restricciones adicionales. Austria, por ejemplo, ha prohibido determinados colorantes en los productos infantiles. Siguen estando permitidos en la UE. Esto demuestra que ni siquiera entre los expertos hay pleno acuerdo sobre la seguridad de todos los aditivos.
Nuevas tendencias en el etiquetado de alimentos
En los últimos años se han observado varias tendencias importantes en el etiquetado de los alimentos. Cada vez más fabricantes optan por reducir al mínimo el número de ingredientes y evitar los aditivos artificiales. Las etiquetas ecológicas también están ganando popularidad. Proporcionan información sobre la huella de carbono o el impacto medioambiental de un producto.
Cabe destacar el desarrollo de las tecnologías de lectura de etiquetas. Algunas cadenas minoristas están introduciendo sistemas de códigos QR. Al escanearlos, proporcionan información sobre el producto. También se están desarrollando aplicaciones móviles especializadas que analizan la composición de los productos. Éstas evalúan el valor nutricional para el consumidor.
Consejos prácticos para los consumidores
Para ser un consumidor informado, hay que seguir algunas reglas sencillas:
- Empiece siempre la compra leyendo la lista de ingredientes: cuanto más corta, mejor.
- Compare productos similares en cuanto a contenido de azúcar, sal y grasa.
- No se deje engañar por los eslóganes publicitarios de la parte frontal de los envases.
- Utilice aplicaciones para escanear etiquetas.
- Actualice periódicamente sus conocimientos sobre nutrición y nuevas recetas.
Recuerde que nuestras elecciones son una inversión en nuestra salud. En una época en la que aumentan las enfermedades relacionadas con el estilo de vida, la capacidad de leer las etiquetas está adquiriendo una gran importancia. Merece la pena prestar a este tema la atención que merece.
El futuro del etiquetado de los alimentos
En los próximos años podemos esperar nuevos cambios en la legislación sobre etiquetado. La Comisión Europea está trabajando en la armonización de los sistemas de etiquetado en toda la UE. Esto debería facilitar a los consumidores la elección de alimentos sanos. También se habla de la obligación de incluir en los envases una advertencia sobre el alto contenido de azúcar, sal o grasas saturadas.
Hasta que se apliquen estos cambios, nuestra vigilancia y nuestros conocimientos seguirán siendo las principales herramientas en nuestra compra diaria de alimentos. Por tanto, merece la pena considerar la lectura de las etiquetas no como una tarea onerosa, sino como parte del cuidado de nuestra propia salud.